martes, 17 de julio de 2007

Léperos contra mocosos, presentación de libro infantil

No sólo los viejos deben leer. Lo sabe bien Francisco Hinijosa, cuya obra liretaria ha estado dirigida al público infantil. El sábado presenta en la feria del libro infantil y juvenil de Pachuca su nuevo libro de cuentos Léperas contra mocosos, y celebra los quince años del famoso tomo La peor señora del mundo, dos trabajos de factura original y cero por ciento didáctica. Literatura pura y maciza, y para niños inteligentes.


Ø Sábado 21

Ø 14:00 horas

Ø Presentación editorial infantil

Ø Centro Cultural del Ferrocarril

El cuentista mexicano Francisco Hinojosa sorprenderá al público, sobre todo al infantil, con la presentación de su más reciente entrega Léperas contra mocosos, una divertida, historia, irreverente, cargada de ironía y humor negro que tendrá lugar el sábado 21 a las 2 de la tarde en el CCF. Además, estará la presencia del libro La peor señora del mundo que cumple ya 15 años de su lanzamiento.

Imagina que un día cualquiera despiertas, son cuarto para las siete, hace frío y no quieres levantarte; pero estás justo a tiempo para bañarte y alistarte para la escuela... ni modo, a la regadera. Luego, con el uniforme muy limpio y planchado, vas a la cocina para desayunar y, ¡zaz!, en vez de huevos revueltos y chocolate con leche, tu mamá te sirve un suculento plato de... ¡comida para perro!

Ahora piensa en el día en que te felicitó tu maestra por haber hecho un muy buen trabajo, de haber tenido una estrella seguro te la hubiera pegado en la frente. Tú, feliz, piensas en llegar a casa para ver a mamá y darle la noticia, ¿qué esperarías que ella hiciera? Quizá un beso, un abrazo grande, lindas palabras y, por supuesto, un postre rico, pero... ¿Cómo reaccionarías si ella en lugar de ponerse feliz se lanzara contra ti y te atacara con diminutos y dolorosos pellizcos? Muy mal, supongo, todos lo haríamos.

Seguro te preguntas: ¿hacia dónde vamos con todo esto? Pues vamos a conocer a una señora, a la peor de todas, a la más mala y cruel del mundo. En el norte de Turambul, se encontraba esta señora que a sus hijos los castigaba cuando se portaban bien y cuando se portaban mal. Los niños y todo el vecindario se echaban a correr en cuanto veían que ella se acercaba. Hasta que un día, se cansaron de ella y decidieron hacer algo para poner fin a tantas maldades.

Francisco Hinojosa, escritor, y Rafael Barajas "El Fisgón", caricaturista e ilustrador, fueron los responsables de dar a conocer esta historia, que quedó impresa en este libro al que llamaron, obviamente, La peor señora del mundo.

Por su parte, en el nuevo libro Léperas contra mocosos, el autor confronta dos mundos, el de los adultos y el de los niños, ambos disímiles, pero iguales a la vez.

Mientras el mundo de los adultos se enfrasca en el glamour, las convenciones sociales y la parsimonia de los protocolos; el de los niños gira de manera vertiginosa en torno a la invención de nuevas e ingeniosas travesuras pensadas en desquiciar la paz de sus mayores.

Léperas contra mocosos pone al descubierto cómo los infantes develan con asombro, el lado oscuro y las manías de quienes ya pintan canas, como sucede con tres de los seis personajes de esta historia: las "Distinguidísimas damas Torres".

Las féminas en cuestión Dulcilanda Colorada, Reina Cristina de los Cielos y la señorita Chucha Torres, son respetadísimas en los altos círculos sociales del jet set de Ciudad Torrealta, donde también habitan tres mocosos hábiles e inteligentes. Los tres niños singulares Dadito Procuna, la Chica Reygadas y Pacorro El Guapo, son también conocidos como Los príncipes mocosos, quienes están decididos a darles a las damas de alta alcurnia "una sopa de su propio chocolate".

La discrepancia entre los dos bandos radica en que las "Distinguidísimas damas Torres" son respetadas y admiradas por todos los adultos de la ciudad. Sin embargo, los niños las odian porque son un manantial de leperadas contra ellos.

Pellizcos, piquetes de ojos, arañazos y hasta inventos estrafalarios para derrocar al contrincante, forman parte de esta contienda que confronta cara a cara y cuerpo a cuerpo, la vejez y la juventud, como sucede de manera natural en la vida cotidiana.

A manera de colofón, el autor hace las paces entre las dos tercias, ya que debido a un empate, tras un feroz duelo no hubo ganador, de ahí que tanto las léperas, como los mocosos, tuvieron que hacer de tripas corazón, dejar de lado sus rencores y convivir de buena manera, aunque queda abierto el reto de un nuevo duelo.

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